Estar dentro del mundo del arte es muy complicado, hace falta esfuerzo, talento y visión como la que tiene Toni López. Desde que terminó el instituto supo que el arte, en concreto la pintura, iba a ser su futuro. Fue el momento en el que también gracias al apoyo de sus padres, empezó como discípulo de un reconocido pintor en Valencia. Ser acogido por dicho maestro le cambió la vida, gracias a su tutela aprendió las bases de la pintura.
Ahora mira hacia atrás y agradece en los primeros años haber trabajado al óleo. Durante su carrera este aprendizaje le ha servido para combinar mejor los colores y texturas con otros tipos de pinturas. Cuando entró en la carrera de diseño gráfico, él ya tenía una gran ventaja, ya conocía la teoría del color. También, conocía como trabajar en diferentes medios, y reconoce que el ordenador no era uno de sus puntos fuertes. Por eso tras estudiar diseño gráfico decidió aparcarlo para dedicarse a la pintura, dando con el oficio de artista fallero.
Toni López y su vinculación a las fallas como artista fallero
Tras su formación como pintor en un estudio de pintura, descubrió el mundo de las fallas. En el primer taller en el que trabajó fue en el de Salvador Espert. Sin embargo, con Manuel Algarra es donde él dice haber cogido más soltura y aprendido lo que son las fallas tras bambalinas. Con los grandes artistas falleros aprendió el arte de darle vida a las fallas. A recubrir el diseño de color y que luzca en las calles.
En su primer contacto con las Fallas se enamoró del proceso de creación. Tras todos estos años ha visto cómo su trabajo ha ganado varios premios. Sin embargo, solamente está presente en la fase de pintura. Desde que empezó se ha especializado en ser pintor, no modelador o diseñador. Aunque, sí que hay una falla la cual Toni López realiza al completo. Tenía que quitarse la espinita de realizar una falla, y que mejor que la falla de su pueblo, Buñol.
Su técnica, estilo y profesionalidad le han llevado a ser uno de los mejores pintores de las fallas. Ya son más de 25 fallas especiales en sus 30 años de carrera, y cada año pinta más de 10 fallas entre grandes, especiales e infantiles. Gran parte de su carrera la ha dedicado a darle vida a través de los colores a los bocetos de los grandes artistas falleros. Sus tres favoritas más grandes en la que ha trabajado son: la Falla Almirante Cadarso 2012 (payasos) y 2016 (baco), cuyo autor de ambas fue Manolo Algarra.
El punto fuerte de Toni López como pintor es la experiencia con los diferentes medios. No es lo mismo pintar con aerógrafo o pinturas plásticas. Él empezó de joven, de muy joven como discípulo de un pintor. Allí cogió la base, pero en el taller de Algarra, donde se formó en el mundo de las fallas, pintó con la técnica tradicional y con materiales como el óleo. Después, todo lo aprendido en el mundo de las fallas, Toni López lo ha extrapolado a sus trabajos de decoración y tematización en los que ha participado. Incluso ha ilustrado varios carteles de fallas, explorando otros caminos.
Los trabajos de Toni López fuera del mundo de las fallas
Toni López ha tocado prácticamente casi todas las áreas dentro del mundo de la pintura. Al trabajar por encargo, ha podido formar parte de grandes proyectos de decoración y tematización en colaboración con otros artistas. Uno de los proyectos más grandes de su carrera ha sido la pintura de una parte del escenario de Tomorrowland 2015. También, ha participado en la pintura de carrozas para ocasiones especiales, y en muchos proyectos de Valua, empresa de tematización de espacios, decoración de eventos y creación de figuras artísticas con la tradición y versatilidad de los artistas falleros.
Para él, como pintor le encanta la diversidad en los proyectos. Poder dar rienda suelta al pincel y pintar proyectos muy diversos cada día, para lograr que cada día sea diferente. “En las fallas al final todo es similar año tras año, por eso me gustan los proyectos de Valua, cada uno es diferente y hay más libertad creativa dentro de trabajar sobre el diseño del cliente”, era como describió ser parte del proyecto emprendedor de Valua. La clave de este trabajo es la versatilidad, no es “sota, caballo y rey” como en las fallas. Cada proyecto en el que participa tiene un estilo diferente, lo que le atrae como pintor.
Es una fuente de experiencia más amplia. En Valua cada cliente tiene una idea, y dentro de cada diseño hay un estilo, lo que le permite experimentar y seguir aprendiendo. Unos proyectos son más realistas, como pintar una figura a escala de Ibai o una gorra gigante. Al contrario, otros juegan más con el color como el hipopótamo que pintó para Marins Beach Club la zona de la pintura. O la locura de los carros de Red Bull, dónde pintó una hamburguesa de pollo crujiente con ojos de estilo dibujos.
Los proyectos de Valua más impactantes en los que ha trabajado
Le costaría elegir cuál de todos los proyectos de Valua en los que ha colaborado es su favorito. Son muchos los proyectos de decoración y tematización en los que ha formado parte en estos tres años. Para Toni López poder estar detrás de grandes tematizaciones como la escenografía del festival Holika es una gran satisfacción. Es de los proyectos más grandes de Valua, y donde la pintura fue importante para que la escenografía inspirada en la arquitectura romana cobrará vida. También, se acuerda de la fachada de Railway, pintar la locomotora de esta tematización, o la Jordan 1 Off-White, donde la dificultad estuvo en pintar con texturas y los colores exactos.
Este tipo de proyectos le motivaba a seguir como pintor. Es una ilusión trabajar en Valua para él como profesional. Más al ver como los proyectos acabados perduran en el tiempo, porque a diferencia de las Fallas estos no son efímeros. Misma sensación que cuando ve sus cuadros en una galería de arte y la gente admirando su talento.
Toni López, su faceta de pintor
A lo largo de su carrera como pintor Toni López ha realizado varias exposiciones por toda España. Una de las más importantes, y con mayor repercusión, ha sido la de los cuadros de los animales, que ha estado en varias galerías expuestas. La cual es diferente al resto de cuadros que solía pintar, porque con esta exposición empezó a probar una nueva técnica. Buscaba nuevas texturas y probó a mezclar el bolígrafo con las pinturas, y dio en la tecla exacta.
Sin salirse del realismo, su estilo personal que siempre le acompaña, crea unos cuadros muy vivos. La técnica de bocetar el animal en bolígrafo le permitió dar vida al pelaje de estos, para que luego cobrasen vida con los colores. Una técnica que descubrió experimentando con diferentes medios, fuera de las pinturas acrílicas y óleos. Aunque, no deja de lado la técnica del bodegón de lado, va intercambiándolas. Toni López es un pintor de la vieja escuela, capaz de replicar una fotografía o un bodegón en un lienzo en blanco. Uno de los primeros cuadros que pintó por encargo fue un bodegón, donde replicó el movimiento de la sabana a la perfección.
Sus obras tienen mucha personalidad y talento impregnado en ellas. Se nota hasta la ilusión que tiene Toni López al pintar sus obras en las pinceladas. En el futuro le gustaría seguir realizando encargos, exponiendo en galerías, y abrir una escuela de pintura. Aunque, este último propósito, todavía está en el aire. Opina que faltan especialistas, y enseñar como en la antigua escuela, empezando por las bases. A Toni López le gustaría ser ese maestro que él tuvo.
Toni López es un artista plástico completo, su talento se puede ver en las Fallas, en los proyectos de Valua y en sus cuadros. Dentro de la pintura no se le resiste ningún medio ni material, y aún mantiene la pasión con la que empezó. Ha pintado cuadros, murales, decoraciones, tematizaciones, escenografías y fallas durante sus más de 30 años de carrera. Y aún quieres más, de momento el pincel no lo dejará.